Carta al bruto que se estrelló contra el tren
Quizás usted es el irresponsable que no respeta nada, quizás lo de manejar no se le da, quizás pasó la prueba de manejo cometiendo algún tipo de fraude. Pero quizás usted es una persona responsable, una persona de trabajo y un buen conductor. Quizás usted se equivocó, un segundo, un error y chocó contra el tren. O quizás, como dicen en redes sociales, simplemente usted no tiene remedio, usted es un “bruto”, es un “animal” al volante.
Y es que ahora todos y todas le echan la culpa de haber chocado contra el tren, hasta la Ley (N.º 9078, Artículo 105) le está castigando, y para su desgracia los líderes políticos e institucionales lo reiteran sin cesar en medios de comunicación que esparcen la voz a todo el País: “La prioridad de paso la tiene el tren y así lo venía reiterando la jurisprudencia desde el 2012…” dijo la ex viceministra del MOPT Silvia Bolaños en el 2014. Ese discurso ha sido tan constante que me atrevo a apostar que hasta usted mismo está creyéndose que tuvo la culpa.
Le escribo para decirle que ha vivido engañado. La culpa no la tuvo usted, la ley se equivocó y los políticos se equivocaron. ¿Acaso usted se creyó ese cuento de que el tren tiene más importancia que su vida? Debe ser frustrante tener todo en su contra y ver que las demás personas justifican su accidente y hasta su muerte reduciendo los hechos a su poca pericia al volante.
Pero usted tiene que abrir los ojos. ¡Dese cuenta! Todo lo que lo rodea en su ciudad: los edificios, las calles, las aceras, las líneas férreas están para servirle. Toda esa infraestructura tiene que protegerlo de sus propios errores y de los malos pasos de otros. Dese cuenta que fue en el proceso de creación de esa infraestructura que se determinó su destino.
Fue en el proceso de creación de esa infraestructura que se determinó su destino.
Hace unos años, para aliviar la presión de crecimiento urbano, las Instituciones encargadas de crear y mantener la infraestructura del transporte, cuya única función se resume en mejorar su calidad de vida y no matarlo en el proceso, tomaron la improvisada decisión de poner a circular un tren de carga en medio de su ya congestionada ciudad; al cual, en lugar de vagones de carga, amarraron unos para pasajeros, todos dignos de un museo por su antigüedad.
Esas Instituciones y sus encargados han tomado decisiones irresponsables. Por su falta de liderazgo, trabas internas, presión política y falta de visión pusieron a circular una máquina tan grande que, aunque su velocidad sea baja, tiene la capacidad de triturar su vehículo y a usted que va dentro. Lo hicieron sin preocuparse por estándares mínimos de seguridad y concluyeron –muy seguros de sí mismos- que una pitoreta y una línea amarilla pintada junto a las líneas sería suficiente. Luego, se dedicaron vigorosamente a hacerle creer a todo el País que eso sería suficiente y que si algo pasaba, sería SU CULPA. Finalmente, como es su costumbre, se lavaron las manos: Si usted murió y su familia quedó destruida ¡Ni se acuerdan!
Se dedicaron vigorosamente a hacerle creer a todo el País que si algo pasaba, sería SU CULPA
Así es como lo señalaron a usted y le hicieron creer que fue su culpa, pero no; en realidad fue culpa de esas Instituciones y de sus encargados. Usted chocó por culpa de quienes autorizaron a ese tanque de guerra azul –y al otro gris con amarillo- circular por su atascada ciudad. Lo invito a ver los trenes urbanos en ciudades como Melbourne y Birmingham: observe sus dimensiones, las señales que los acompañan, las agujas que interrumpen los otros vehículos y peatones mientras pasan, su tecnología, simplemente observe cómo están al servicio de la gente. Y me adelanto, no crea que su costo es una limitante; ese es otro cuento que usan sus Instituciones para justificar su inoperancia.
Así es como aunque usted quizás ha sido un bruto al volante, definitivamente ha sido un bruto por haberse dejado amedrentar y por no haber cuestionado el discurso de sus autoridades competentes. Usted es un bruto por aceptar una infraestructura mediocre y por aceptar interpretaciones de leyes que atentan contra su integridad.
¡Ya no más! Ya no se lo crea. No fue su culpa. Espero hacerle ver que toda infraestructura debe servirle y protegerle. Todos somos humanos y nos equivocamos. Ahora está en usted hacerse valer como ciudadano, cambiar paradigmas y exigirle respuestas a esas Instituciones que atentan contra su vida y la de muchos otros.
¡Ya no más! Ya no se lo crea. No fue su culpa. Espero hacerle ver que toda infraestructura debe servirle y protegerle.